JOVEN

By andrea - noviembre 03, 2015





Ser joven o verse joven es algo que todos desean, aunque muchas veces puede ser un problema. Desde lo profesional, me siento insegura cuando me insinuan que soy muy jóven, porque aquella insinuación viene cargada de prejuicios que apuntan a menoscabar o ver en menos mis capacidades profesionales o mis experiencias de vida.
Si hay algo que he aprendido es que la edad no da cuenta de la cantidad de experiencia que cada uno carga en su mochila personal y el error de la mayoría es realizar ese tipo de suposiciones. 


Actualmente tengo 28 años y todos me ven de aún menos, me titulé de Diseñadora Gráfica al recorrer un largo camino, no de cinco sino de siete años. Anteriormente estudié tres años de Ing. en Información y Control de Gestión, cuando pasé por mi primera etapa de dudas existenciales y mi mundo giró 180 grados para entregarme uno de mis primeros crecimientos personales fuertes que viví de empoderamiento.
Realicé un curso de Asesoría de Imagen y mi Certificación Internacional de Life Coach. Tengo experiencia laboral en distintos ámbitos desde hace seis años. 

Me he mudado 21 veces de casa y dos veces de país, sin mencionar que nunca llevé la cuenta de las veces que nos cambiaron de colegio. Se nos inhundó al menos tres veces la casa perdiendo todo, aprendí no solo viendo sino que siendo parte de cómo con mi familia nos reconstruíamos desde la nada. Tengo experiencia en empezar desde cero constantemente, y cuando reviso, la experiencia que no tengo es la que todos dan por sentado, la estabilidad a muy largo plazo. 

Tengo experiencias familiares buenas y malas como todos en esta vida hemos experimentado. 

A contrapartida de muchas personas y de la creencia común que los psicólogos son para locos o enfermos, soy de las que cree que asistir eventualmente a uno, es beneficioso si lo consideramos como la instancia de reflexión personal, como la pausa que nos debemos regalar, antes que la vida, las experiencias y el posible stress nos consuman. Es para mi un espacio de canalización de las experiencias para el crecimiento personal. 
La última vez fui voluntariamente a sesiones con una Psicóloga que rodeaba su tercera edad, me sentía acogida y nunca llegamos a un punto de terapia. Pero debo siempre estar agradecida del proceso receptivo que tuvo conmigo, por que hoy me doy cuenta que fue más una instancia de esclarecimiento para mi donde ella figuró como una guía. Rescato de ella dos observaciones que me marcaron fuertemente, la primera que se asombraba de mi, por que si leyera mi historia personal detallada, sin conocerme, pensaría sin dudarlo que es la vida de una persona mayor, ahí entendí por primera vez que la experiencia que tengo es valiosa y también entendí que debía aprender ahora a cultivar más de mi, entender mi vida como mía siendo yo quién la creaba y no vivirla como si me llevara, y encauzarme en el proceso de vivir más mi edad. 
Lo segundo que me dijo fue que ella creía que yo tenía una fuerza increíble, que me veía altamente competente y que ella tenía seguridad plena en que yo podría alcanzar todo aquello que anhelaba y que eventualmente me frustraba. Aprendí a entender mi valor a través de los ojos de un tercero, entendí la importancia del autoestima y el poder que te entrega cuando entiendes cómo funciona, entendí que el proceso de autovaloración nadie te lo enseña y no somos conscientes de ellos si llegamos a aprenderlo, y es un proceso de maduración y crecimiento necesario.

Hoy, me siento más fuerte, con nuevas herramientas para vencer los nuevos miedos que aparecen en el camino. 

Hoy los cambios siguen sucediendo y llegarán por montón a mi vida, hoy estoy embarazada y es como sentir que me enamoro de a poco de nuevo, sigo viviendo con mis padres y hermanas, y no tengo estabilidad laboral ni ingresos que me permitan la independencia económica. Sí, es frustrante. Con todas las capacidades y experiencia que tengo, estoy donde estoy y no donde me gustaría estar. He aquí donde he aprendido que estoy donde he decido estar, por decisiones inconscientes, decisiones automáticas que se realizan por que no he estado despierta para tomar decisiones diferentes, por que temía del resto y de la vida, más de lo que confiaba y creía en mi mismo. Por que, pese a experimentar cambios constantemente, me movía en una zona segura en cuanto a la toma de decisiones personales. 

Lo que tengo conmigo es la certeza de mi apoyo familiar y la certeza personal de que más temprano que tarde mis condiciones cambiarán para mejor, gracias a mis acciones y mi capacidad de construir una realidad propia.

Siempre me han gustado los cambios, buenos o malos. Ellos te ubican en una nueva zona en la que uno voluntariamente no se ubicaría, ellos nos obligan a expandir nuestras capacidades y descubrir que los límites personales no existen, o simplemente existen donde deseamos nosotros ubicarlos. 

Hoy, mi aprendizaje es que por joven que parezca, valgo, que nadie puede pasar a llevar mi historia personal, ni menospreciar mi experiencia, tienen derecho a dudar por que no me conocen, pero es importante que eso ya no me afecte, los prejuicios son de ellos y la desconfianza es de ellos, yo hoy tengo seguridad de quién estoy siendo gracias a mi historia personal. Tengo valor propio, y la primera en reconocer y amar ese valor que soy yo misma, en un proceso continuo de aprendizaje, así como también vale mi humildad para reconocer y aceptar experiencias que aún carezco y que otros tienen. 


Si deseas compartir tus experiencias conmigo escríbeme, no lo dudes. Si deseas conocer herramientas para clarificar tus ideas sobre ti mismo, identificar tus capacidades, creencias, valores, metas, etc., que te apoye en tu camino para explorar tu valor personal, que te acompañe al "darnos cuenta" que tus límites no son los que tú creías, escríbeme. Estaré muy contenta de poder hablar contigo. 

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